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Según la religión católica
aquellos que mueren y, aún estando en gracia de Dios, no
están suficientemente purificados deben pasar por un estado
intermedio entre el Infierno y el Cielo llamado Purgatorio.
Muchos creen que el Purgatorio es propiamente la vida misma,
otros creen firmemente que consiste en ir a visitar a su suegra...(no
es mi caso, Dios me libre)
En
el madrileño Alto Valle del Lozoya se encuentra una de las pocas
chorreras que la sierra del Guadarrama esconde: las cascadas del
Purgatorio dignas de un - ¡Cooñó! - o por lo menos un -¡Ooostras!"-
La marcha elegida hoy comienza en las inmediaciones de la
zona recreativa de Las Presillas, junto al Paular, que bien podría
considerarse el Infierno durante los meses de verano, cuando acuden miles
de almas, con sus correspondientes cuerpos, a refrescarse en sus frías aguas. Después de un paseo de hora y
media se
accede a unas chorreras de gran belleza, teniendo en cuenta que
continuamos en la Tierra y a menos de cien kilómetros de Madrid. |
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Hace poco tiempo las cascadas del Purgatorio eran directamente el Cielo. En
los libros de rutas no venía su descripción, en webs de senderismo difícilmente
se hablaba de ellas y si se hacía era de forma reservada. Era como los
billetes de 500 euros que todos sabemos que existen, pero casi nadie los
ha visto. |
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Tanta belleza impoluta no podía quedar solo para unos pocos
y alguien que, con seguridad se ha ganado el Infierno, decidió poner
doscientos carteles indicadores para ir a tal lugar de purificación. |
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Ahora se ha convertido, a pesar de la subidilla, en un lugar con indicadores y puentes de madera, botes vacíos de
refrescos, bolsas de patatas fritas, papeles "albal", que en su
momento recubrieron suculentos bocadillos; todo ello bien esparcidito por
el serrano suelo. |
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A pesar de los inconvenientes un servidor procura buscarse,
para tan penitente jornada, aquellos días de lluvia o frío cuando sé
que voy a tener escasa competencia en el camino. |
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Llegar al purgatorio a primeras horas de la mañana es como
llegar al cielo a cualquier hora y, francamente, reconozco que el lugar
invita a descansar y, llegado el momento, sacar los "taperwares"
con la tortilla y los filetes empanados mientras se refresca la sandía en
el agua. |
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Como quiera que la intención no es la de pasar
un día de reposo, emprendo camino por la izquierda, sin la ayuda de
pista, camino ni trocha; es decir: como se pueda, hasta tomar la altura
suficiente para franquear la muralla de granito y, más cerca del cielo,
observar con deleite y caída de baba el Purgatorio desde otra perspectiva
menos usual. |
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Si se decide por lo segundo, podrá verse aparecer un
senderillo que hará pensar a los ingenuos en algo cómodo. Pues no lo es,
pero sí bello.
Mientras subimos por la izquierda del arroyo podremos deleitarnos con
decenas de charcas y pequeños saltos de agua que continuarán
tentándonos para sacar los "bocatas". Cantidad de veces
parecerá vislumbrar un hermoso sendero en el margen opuesto...
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Y puedo dar fe de que es mucho mejor, pero en pocas
ocasiones el caudal de agua permitirá cruzar si no es mojándose las
patillas. |
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Continuando río arriba podrá cruzar quién no haya mojado
sus ancas y a la altura de "Los Barracones" encontrará paso,
no exento de emoción. |
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Una vez llegados a zona de secano puede bajarse cómodamente
por la pista, antiguo "Camino de Madrid" o llegados al puerto
del Gollete tomar camino sin contemplaciones a la derecha hasta encumbrar
la montaña que da nombre a las cascadas. Una corta bajadita a un collado
y de nuevo "pá rriba" donde se puede disfrutar de otras lejanas
pero hermosísimas vistas de las chorreras. |
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Desde esta cumbre se puede elegir entre:
| Esperar
al autobús, (hay años que no pasa) |
| Bajar tranquilamente tomando, o no,
atajos hasta llegar de nuevo a las presillas con el recuerdo de haber
pasado, emulando a Dante Alighieri, por el Infierno, el Purgatorio y el
Cielo. |
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