Paseos de un aprendiz de montañero con sus compañeros

Febrero 2014 - Tubo de todos

Le he dado muchas vueltas a como iba a empezar este relato y creo que no debía ser de otra forma:
Un compañero de quien te puedas fiar, una cuerda y un ancla de nieve (casera) han sido la diferencia entre escribir el relato o contárselo a los angelitos...
No soy supersticioso pero la vida me ha enseñado en diferentes ocasiones que cuando un proyecto, viaje, actividad o lo que sea se viene al traste repetidamente, es que hay que dejarlo pasar. Me ha pasado bastantes veces, al menos las suficientes...
No había subido en invierno el Tubo de Todos, en la preciosa Maliciosa, y se había chafado su proyecto varias veces. Por fin el viernes pasado casi sin tener que hablarlo Jorge y yo, decidimos intentarle por enésima vez. Sabíamos que íbamos a tener mal tiempo y nieve blanda pero hicimos un plan "B" y nos presentamos en la Barranca.
El primer chasco fue que apenas habían coches a pesar de que eran las nueve. Mal asunto, no habría mucha huella.
 
En estas condiciones, con temperatura sobre cero grados, el camino de subida estaba convertido en un ascenso fluvial, incluso hicimos bromas respecto a Jorge V, monitor de barranquismo.
El canchal cercano a la base del Peñotillo era como los viajes de Ulises en la Iliada, lleno de trampas.
Llegados al tubo central o Canal del Peñotillo, continuamos travesía hacia el Este, buscando el colladito y después el descenso hacia el comienzo de las canales
La gran acumulación de nieve a partir del collado había convertido la travesía en un poco delicada. Además la calidad de la nieve era pésima.
Por fin vemos el ansiado Tubo de Todos
 
Una vez metidos en el tubo, había nieve de todas las calidades pero ganaba por mayoría la de tipo "nata en spray" es decir, "fulaní de que vi", en algún trozo se nos ponía más tiesa y dura pero en suma estábamos gozando mucho.
Llegamos a la zona de los bloques, que habia pasado en verano con alguna dificultad.
Por detrás venía un grupo
Aprovechamos el colladito...
...Para ponernos cómodamente los achiperres...
...y comencé a subir, interponiendo anclajes de seguridad. No solemos desaprovechar la más mínima oportunidad para practicar aquello que un día te puede salvar la vida. ¡Que poco me imaginaba!
En principio monto una pequeña reunión y aseguro a Jorgito. Estaba pletórico.
Por delante todo tenía muy buena pinta y parecía que la nieve iba mejorando ligeramente, al menos clavabas el piolo daba sensación de seguridad.
Jorge también estaba gozando
Ya que había recogido los seguros, le paso el resto y avanza él.
Aquí ocurrió un fallo en el anclaje de una pala que se salió. Hemos aprendido que hay que profundizar bastante, compactar, darle el ángulo necesario, hacer la canal de salida del cable, colgarse de ella comprobando que se hunde más y taparla con más nieve bien compactada. Luego, el que tenga que sacarla, que se apañe como pueda.
Esto puede ser fatal...
 
Por detrás ya se acercaba el grupo
Subo yo y decidimos continuar en ensamble, por supuesto interponiendo los seguros correspondientes.
Después de charlar con el grupo, ellos continúan hacia la salida.
Jorge comienza a subir sabiendo que entre él y yo habían dos anclas metidas hasta el alma de la montaña
Los del grupo se acercan a la salida donde se aprecian claramente placas y cornisas. ¡Buff!, van un poco juntos y esas placas...
 
De repente, un sonido familiar:

Pssssst

Ese es el sonido de un alud pequeño. Oigo un "cuidado" y veo a alguien cayendo hacia mi, la nieve me envuelve y me veo cayendo cabeza abajo, bajo una capa de nieve. No sé si alguien gritó o lo oí en mi interior, "ARVA", intento "nadar" para sacar la cabeza al exterior y finalmente un fuerte tirón del arnés me detiene mientras la nieve sigue cayendo por encima mío.

He quedado semienterrado en la nieve, cabeza abajo y la cuerda tira muy fuerte de mi. Intento levantarme pero las manos se hunden en la nieve recién caída. Finalmente me aferro a la cuerda y consigo salir de mi envoltorio y adquirir una posición menos incómoda y medianamente estable.

A pocos metros está uno de los componentes del grupo que había caído cerca de cien metros y milagrosamente se enganchó en nuestra cuerda. Se levanta como puede e intercambiamos algunas palabras que no recuerdo. Tiene la cara más blanca que la nieve.

Por debajo veo a Jorge petrificado y pálido. El alud ha pasado a menos de dos metros de él.

"¿Jorge, Como estas?"

"Menudo tirón me he llevado"

De repente me levanto como puedo y me encuentro eufórico, el ancla me ha salvado. Ha soportado mi tirón, el de la nieve, y el del otro accidentado. Hemos actuado correctamente. Si hubiéramos subido este tubo como se suele hacer, es decir, sin protección, el curso del alud me habría tirado por los bloques y probablemente se me habrían acabado los problemas del trabajo, de la crisis y muchas más cosas.

Me sereno, hago balance y noto un dolor en el costado y en la rodilla pero creo que puedo seguir.

Los compañeros están muertos de pánico y yo, me encuentro como un niño con un juguete nuevo. La foto lo atestigua
En la foto no se aprecia pero todo está alfombrado por el desprendimiento
Jorge, con buen criterio, exige que nos quitemos del curso de la canal, pero es muy difícil avanzar entre esta nieve recién caída. Poco a poco nos vamos hacia la izquierda y continúo poniendo todo tipo de seguros.
Yo sigo disfrutando tanto o más que antes del incidente.
 
Finalmente salimos de tubo, cuya parte superior se ha convertido en una gran pala de nieve. Hay una acumulación tremenda.
Foto de cumbre, donde Jorge quiere sobresalir como sea, y lo consigue...
Comemos rápidamente y comenzamos el calvario de descenso por la canal central. Me duele moderadamente la rodilla.
El Peñotillo está precioso y yo ya le estoy dando vueltas a donde ir el sábado próximo si los dolores no lo impiden.
Llegamos a la Barranca totalmente oscurecido y gracias a las frontales.

Estoy totalmente convencido de que nacemos con la "fecha de caducidad escrita"

Un abrazo a mi hipotético lector.