Por fin llegaron las vacaciones.
¡Nada menos que una semana!. Lector, si estás a tiempo,
oposita...
Bueno, casualmente Jorge coincide
con nosotros en el Valle de Hecho (o de Echo o como os parezca
bien) y decidimos subir al Castillo de Acher por la chimenea
Ledormeur, ruta esta que hemos visto descrita en Wikiloc (Pelopin)
con bastante detalle y parece tener una dificultad propia para
estos aprendices.
Tempranito para lo que es nuestra
costumbre mi compañero pasa a buscarme por el camping.
En la imagen inferior el susodicho
sujeto como debería pasar el resto de su vida, es decir, tras
las rejas.
Dejamos el SUV aparcado junto al
camping de Selva de Oza, donde ya se puede ver la silueta de
nuestro destino del día
Los bosques son increíbles en esta
zona.
Y hablando de bosques, enseguida
nos internamos en él. Por delante, abriendo huella, el gran
Jorge IV.
Desde el bosque nos asombramos con
las Agujas de Ansabere
Detrás nuestro queda el sector de
Peña Forca y Lenito.
Por la izquierda comienza la
fortaleza.
Como dos gráciles gacelas vamos
tomando altura y, al poco, salimos del bosque. Los extensos
prados que se abren ante nosotros se encuentran bastante
pachuchos dado que hace meses que no llueve por aquí.
De nuevo Peña Forca
En un momento determinado
abandonamos el camino normal de acceso al Castillo y comenzamos
a rodearlo en dirección Este, donde se encuentra la chimenea.
Al sur tenemos el Codero d'Acher
Según la descripción de nuestro
guía virtual debemos fijarnos el el gendarme que aparece al pié
de los farallones. Llegados a este punto, debo discrepar de
llamar "gendarme" a este tipo de formación rocosa teniendo en
nuestro castellano palabras como "guardia civil", "benemérito" o
incluso "picoleto".
Lo cierto es que siguiendo el
track nos metemos de lleno en un tremendo pedregal, al principio
incómodo, pero en un momento determinado, agobiante al estar
formado por pequeñas piedrecitas que no ofrecen la más mínima
sustentación.
Creo que este trozo debe evitarse
siguiendo una senda que lo salva por la parte inferior, para
después afrontar la subida directa por una zona herbosa, que
habría sido mucho más amable.
Jorge consigue salir ileso (no te
rías que no ha sido fácil salir del pedregal)
El Castillo, desde aquí, gana en
bravura y parece la fortaleza inexpugnable que casi es.
El verde herboso contrasta con el
rojo ferroso (hematita) de las rocas del lugar.
En un momento determinado nos
fijamos en que se aprecia perfectamente a dos "amigos" nuestros:
el Midi d'Ossau y el Balaitus.
Una vez superado el gendarme nos
disfrazamos y toca trepar con dirección a la chimenea que ya se
aprecia desde aquí.
El Paco preparando el trayecto y
valorando posibilidades...
El Jorge mirando por donde huir...
La Chimenea de la roca empotrada
que nos dice "venid para acá monines, que os vais a enterar"
Llegamos al punto de arranque y
todo parece muy fácil visto desde la base. Incluso diríamos que
la sirga y demás recursos artificiales sobran...
¿A que nadie se imagina quien iba
a ir por delante? Pues claro, el abuelo.
Lo que parecía muy fácil no lo es
tanto. Para las manos hay bastantes presas pero para los pies no
hay ninguna. La mochila tira hacia atrás y queda ligeramente
desplomado. ¿un III?. Se supone que este grado, aunque vertical
presenta buenas presas ¿donde están las de los pies? ¿también se
las han llevado los políticos?.
Al final Jorge presiona, decidimos quitarnos las mochilas y
encordarnos para que el señor suba con cuerda por delante.
El abuelo sube como puede ya que
Jorge le pone a prueba no facilitando cuerda ágil cuando hace
falta. Un par de gritos y deseos pasajeros de largas sesiones de
tortura para mi querido compañero, acompañan el corto resto de
la trepada hasta una hermosa repisa desde donde izo las mochilas
y aseguro al Jorge.
Obsérvese la cara de pánico de mi
apreciado compañero. "Jopé, si es que tira para atrás y no se
donde poner los pies. Asegura bien, ehh"
"Tensa, suelta". "Tensa,
suelta". "Tensa, suelta" y así unas veinte veces hasta que
al final la criatura se decide a subir.
Creo que los restos de materias
fecales que derramamos sin control durante esta corta pero
intensa trepada van a complicar mucho futuras ascensiones.
Una vez que salimos del agujero
podemos ver la cumbre norte del Castillo.
El agujero no ha estado nada mal
pero... bufff...
Visto por detrás la brecha y la
cima sur.
Felices fotos de cumbre
En la siguiente salimos los cinco:
Jorge, Paco, el dedo de Cristina y dos abejorros de los muchos
que pueblan la cumbre. También se pueden apreciar los michelines
de mi "querido" compañero (yo me los tapo).
Las vistas desde la cumbre son
espectaculares: Bisaurín
Rallas de Costatiza
Y sobre todo, los primeros
tresmiles como el Palas, Balaitus, Gran Facha, Infiernos, los
Garmos, además del Midi a la izquierda y Anayet a la derecha..."demasiao"
Como dicen que los bandidos
siempre vuelven al lugar del crimen, nosotros volvimos hacia la
brecha para coronar triunfalmente la Cima Sur y observar con
acongojo los verticales cortes que tiene esta zona.
El Llanero Solitario...
Obsérvese a la derecha de mi compañero, en el valle, la
sombra de una nube en forma de interrogación. ¿Será un aviso del
cielo para que me piense muy bien si debo seguir confiando en
sus aseguramientos?
Aquí un alpinista de élite
cualquiera.
Y aquí el pelotón de señoras y
señoritas con las que compartimos bajada, sin nada que reseñar a
excepción de los 7€ que nos cobraron en el chiringuito de Selva
de Oza por dos cervezas con limón.