Paseos de un aprendiz de montañero

Agosto de 2017 - Ascensión al Anayet

Creo que me estoy enviciando con el Pirineo. Con un stress de marca mayor y al borde del ataque de nervios, nos vamos mi Marisa y yo a descansar unos días en el maravilloso Sallent de Gállego. Ella a descansar, descansar y yo a descansar de cabeza.

No estoy dispuesto a destrozarme las rodillas, como hice el año pasado, por lo que tengo en mente una serie de ascensiones secundarias pero no por ello poco atractivas.


Mi apreciado Jorge I me sugiere que la primera de mis salidas sea la más ligera y de esta forma, gracias a las fabulosas explicaciones del "Komando Kroketa", encamino mis pasos al Anayet.


Se parte del aparcamiento en el Corral de Mulas donde arranca la carretera hacia la estación de Anayet, que los amables responsables de la estación de esquí tienen cerrado a aquellos que no vayan a dejarse el dinero en sus remontes, obligando a los "perroflautas" montañeros a un paseo extra por una preciosa y dura carretera durante dos kilómetros.
Track de la ascensión
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Después del maravilloso paseo por la carretera se llega a la estación, también maravillosa, donde arranca realmente el camino por el Barranco de Culibillas.

Comienzan a aparecer montañas cubiertas de nubes y la previsión meteorológica es de posibilidad de chubascos tormentosos. A la derecha debería estar el Pico Cubilillas

Sin ser un paraje espectacular pero solamente el verdor del valle ya despierta los sentidos
Van apareciendo algunas peñas interesantes
Comienza a aparecer la piedra violácea testigo del pasado volcánico de la zona (el Anayet fue un volcán, así como el Midí d'Ossau)
Poco a poco se va cogiendo altura a pesar de que el camino asciende tranquilamente
Llegando a los Llanos de Anayet aparece, impresionante, el propio Anayet.

El ibón de Anayet también aparece entre la niebla. Estoy deseando ver la estampa típica del lugar con el Midí al fondo pero no hay suerte de momento. La niebla sobre el ibón da un aspecto mágico al lugar.

Ahora sí que se muestra impresionante el Anayet en cuya cumbre me parece apreciar a alguien.
Tirando de zoom  veo a dos afortunados que posteriormente localicé para mandarles sus fotografías.
Tras un pequeño refrigerio sigo camino hacia el cuello
La peña aparece impresionante. En esta imagen se aprecia perfectamente la chimenea de ascensión final
Sin gran esfurzo se va llegando al collado (cuello por estos lares)...
...desde donde parece inaccesible la cumbre

Me cruzo con dos montañeros que bajan y me animan a subir. El temor a lo desconocido, en este caso la famosa travesía de las cadenas me hace dudar...

... pero ante tal hermosura, y gracias al arrojo y bravura que me caracteriza continúo la ascensión
La primera parte discurre enteramente por este terreno morado compuesto según el Dr. Mingot por Olivino. Desde el collado aparecen dos sendas en dirección a la cumbre, ambas por el lado contrario (Oeste) al que se llega al cuello . Como buen pardillo cojo la superior pero si alguien lee esto que lo haga por la inferior, llegará al mismo sitio pero más cómodo.
 
Aparece la roca caliza y la travesía de las cadenas.

Foto tomada más tarde desde el Vértice de Anayet. Los pasos de las cadenas no tienen dificultad e incluso pueden hacerse sin agarrarse a ellas, solo que un descuido puede acabar en una bajada extremadamente rápida hasta la base de la peña. Cuidadín, cuidadín...

Después de la travesía se enfila, siguiendo los hitos, hasta una chimenea que se trepa sin ninguna dificultad pero en la que tampoco es conveniente caerse.
Y finalmente este rey del alpinismo mundial hace cumbre junto a otro joven con el que comparte alegría y apretón de manos. Me acuerdo de mis compañeros habituales. A uno le habría gustado mucho y el otro se habría ca__do.

Lo del fondo puede ser la Sierra de Apartacua
Los bonitos ibones desde la cumbre y vámonos para abajo porque no me gustaría nada pasar las cadenas con la roca mojada.
 

Una vez en el Cuello de nuevo y dado que me sobra juventud y fuerza como a Ronaldo (dinero no) veo la pirámide del Vértice de Anayet y decido subirlo, a ver qué pasa.

La subida no entraña ninguna dificultad, no teniendo que usar las manos en ningún momento, excepto para sonarme, pero me recuerda al Moncayo. Cuidadín, no tropieces...
Desde aquí se ve el Midí que hasta ahora había permanecido oculto y a su derecha el Anayet. Dos montañas muy bonitas.

Selfie del famoso e intrépido alpinista en el vértice
Las tres cumbres
No envidio estar ahora en el Midí
Anayet espléndido, donde creo ver más personas con las que posteriormente contacté para enviarles sus fotos.
 
Finalmente decido bajar a echar un vistazo por los ibones...
...a ver si es verdad lo que me contaba Jorge IV sobre las sanguijuelas. Es verdad, están plagados de estos "preciosos pececitos"
 
Los Infiernos también estaban bastante cubiertos. A la izquierda Peña Foratata que de momento se queda en la lista de proyectos.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado...