El Anayet es una montaña que no deja
impasible a nadie. Lo tiene prácticamente todo: una ascensión
relativamente fácil y otras de bastante dureza, un ibón (de Anayet)
precioso y lleno de sanguijuelas, y por último, las vistas de otra
montaña mítica, el Midi d'Ossau.
Se me acaban los días de "descanso" en
Pirineos y decido repetir esta preciosa ascensión por lo corto del
tiempo a emplear y las gratificantes vistas.
Lo que no me podía imaginar era la
fabulosa compañía que iba a tener y que explotaríamos subiendo
después al Vértice de Anayet, que nos permite obtener unas fabulosas
vistas del propio Anayet y del Midi. Completamos el paseo subiendo a
Garmo de Izas y después bajamos plácidamente de vuelta al
aparcamiento. |