Reza el dicho: "lo que mal empieza, bien
acaba" y viceversa, y a veces es verdad.
Este sábado intento levantarme a las
cinco y media pero no hay manera, me encuentro fatal. Una sensación
extraña aunque familiar me recorre el cuerpo. Finalmente me levanto
media hora más tarde, desayuno y con una buena dosis de café agarro
la mochila y me voy.
Poco después después consigo llegar al
Puerto de Cotos, tras haber ido dejando ciertos regalitos por el
camino. Son regalitos impuestos por mi crónico "colon irritable". De
esta forma y con un cuerpo serrano como el resultante de una juerga
vespertina, comienzo a caminar con muchas más ganas de meterme en la
cama que de cualquier otra cosa.
Las nieves caídas a comienzo de semana
han vuelto a cubrir zonas que clareaban.
Pasada la caseta y puente de la laguna
me encuentro con Félix, con quien entablo conversación y dado mi
lamentable estado decido, sin muchos ánimos, seguirle. |
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Los queridos tubos o corredores de la
zona han dejado paso este año a grandes palas de nieve, con multitud
de pequeños aludes por todos los lados. En la foto inferior la
entrada a la sureste. |
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La idea es coger el hombro que baja de
Claveles hacia las lagunas, para ascender de forma directa a la
propia cumbre. Félix me va tomando mucha ventaja |
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A pesar del madrugón la nieve comienza a
estar bastante blanda. |
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Este montañero "del todo a cien" chupa
huella como un condenado. Mi benefactor no se imagina el servicio
que me está prestando. |
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Así, poco a poco, vamos tomando altura
hasta llegar al hombro de Claveles |
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Todo está tremendo de nieve y aún quedan
numerosos riesgos de aludes de cornisa. |
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Mi benefactor sigue haciendo su buena
obra del día. |
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La Laguna de los Pájaros medio
descongelada después de este verdadero invierno. |
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En el hombro se unen las huellas de más
gente que ha tenido ideas similares. |
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Finalmente, en los últimos metros, donde
el tema se pone un poco más pino, disfruto del momento y del
esfuerzo de mis predecesores. Félix me espera arriba... |
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...y gracias a él consigo fotos de mi
mismo que, aunque a mi hipotético lector seguramente que le sobren,
pero a mi me han resultado gratificantes y extrañas pues mi
ocasional compañero Juan tiene hecha alguna promesa de "no foto". |
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Me lo he pasado de p... madre. Gracias
Félix. Por un momento he olvidado el lamentable estado de este
cuerpo serrano |
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La cresta se encuentra fabulosa y aquí
el estado de la nieve es mucho más entero que el de la nata montada
de la cara sur |
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Félix que no se ha calzado pinchos
negocia cada paso |
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Llegando a Peñalara la vista atrás es
impresionante |
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Una vez en la concurrida cumbre nos
despedimos y decido bajar por Claveles hacia los Pájaros |
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Volviendo a disfrutar de esta cumbre
perfecta. |
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Y aquí me encuentro con Jorge |
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Cuidadín, cuidadín... |
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Antes del Risco de los Pájaros vemos a
cuatro chavalotes que nos preguntan si alguno nos llamamos
Francisco,
- Pues sí, yo soy Francisco
- ¿Francisco Asís?
- Pues sí. ¿De que me conoces? ¿has oído
hablar de mis increíbles hazañas montañeras? ¿o de mis dotes como
sex simbol? ¿en algún presidio?
- De nada. ¡Has perdido la cartera y la
hemos encontrado!.
¡Joooopelines! menuda suerte he tenido.
Sobre todo de no haberme dado cuenta antes, pues bajar por donde
había subido, ejem, ejem.
Pues muchísimas gracias y tal y tal. No
me lo puedo creer... |
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En la Laguna de los
Pájaros recuperamos Jorge y yo las fuerzas, regadas con un poco de
bebida isotónica de La Rioja (el tanino del vino tinto es muy bueno
para la tripa). Una amena charla y tranquilitos nos encaminamos
hacia el puerto a recuperar líquidos con zumo de cebada (0%) donde
coincidimos con los salvacarteras y pudimos echar un rato muy
agradable. |
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Un abrazo y hasta otra, hipotético
lector |