Esta temporada ha sido catastrófica en
cuanto a nieve se refiere. Ha sido el invierno más cálido que
recuerdan los ancianos del lugar y no ha nevado prácticamente nada.
Finales de Febrero y principios de
Marzo han sido un poco más generosos y nos hemos lanzado a la nieve
todos sus amantes como hienas a la carroña. Incluso esta semana ha
estado nevando y por algún extraño e irracional motivo mi colega y
yo pensábamos que la nieve se habría transformado por arte de magia
y estaría perfecta para nuestros propósitos |
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Después de un
madrugón de los que hacen época (5 A.M.), hemos desayunado en el
coche esperando a que clarease un poco y finalmente hemos cogido
camino al Pingarrón y después a las Cabezas. |
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Al acabar
la senda del bosque, cuando se llega al arroyo que desciende del
Collado de Entrecabezas hicimos una parada técnica y cual fue
nuestra sorpresa al encontrarnos con el crack de Herminio. |
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Nos encontrábamos sobre un manto de
unos 50 o 60 cm de nieve costra que de vez en cuando nos ofrecía el
aliciente de las meteduras de pata.
Los Pulmones de Cabezas tenían una
imagen muy semejante a la decoración de muchas heladerías |
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Así
seguimos hasta llegar a la base de las cascadas de hielo de los
Pulmones, objetivo de Herminio. |
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En este
punto nos separamos dejando a Herminio picando hielo y nosotros nos
fuimos a buscar algún corredor que estuviera decente |
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Al echar
la vista atrás vimos a nuestro amigo en medio de la cascada sin más
seguridad que la social y la de su experiencia. |
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La cuerda
que puede verse era propiedad de una cordada que subía un poco más a
la derecha. |
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Poca y blanda la
nieve, fuimos buscando los trozos más sustanciosos que
paradójicamente resultaban ser aquellos que estaban expuestos al
sol. |
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Tras recorrer el
tubo 72 (Según la guía de Iniciación al Alpinismo Invernal) con muy
pocos trozos medianamente interesantes decidimos bajar para
intentar el tubo Oeste (76) |
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Al encontrarnos con
Herminio, que ya había subido y bajado varias veces la cascada,
empezó a alentarnos para probar el hielo. De esta forma subimos a
colocar un buen seguro a base de un tornillo de hielo y dos piolets
desde donde estuvo asegurando el bautismo de Jorge. |
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Visto que
Jorge seguía entero decidimos montar un "top rope" bastante estable
y comenzamos el bautismo de un servidor. En la foto no veo que mi
cara muestre un entusiasmo y alegría incontenible... |
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Si dijera
que me enfrenté al ascenso con fuerza, determinación y seguridad,
mentiría enormemente. Pero subí... |
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... y lo
cierto es que repuesto del trago agridulce me han quedado ganas de
volver a experimentarlo. |
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Ahora le
tocaba a Jorge volver a probar. Parece que también le gustó. |
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"Parriba"
campeón |
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Gracias a
las instrucciones de nuestro maestro conseguimos un pequeño (o
grande) avance en nuestra evolución alpina. De echo vamos a dejar de
ser "montañeros del todo a cien" para serlo de "todo a un euro y
más". |
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No
recuerdo muy bien, pero en este momento de concentración tuve una
fugaz ocurrencia de soltar la cuerda, a ver que pasaba. |
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Jorgito IV subió como un campeón
aunque me pareció que el hielo que iba dejando abajo se transformaba
a un colon un poco marrón.
¡Enhorabuena Gorka!.
Después del bautismo decidimos subir a
la cumbre para estirar un poco las piernas. Subimos por el tubo
central... |
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A muy
pocos metros de la cumbre decidimos darnos la vuelta debido a que el
reloj así lo aconsejaba |
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Y con
estas preciosas luces del atardecer emprendimos camino al
aparcamiento donde, al borde de la congelación, hicimos botellón de
marca blanca en mi maletero. Eso sí, las cervezas estaban más frías
que las de muchos bares.
Gracias Herminio y un abrazo a mi hipotético lector. |