Paseos de un aprendiz de montañero

Marzo 2016 Bautismo en hielo

Esta temporada ha sido catastrófica en cuanto a nieve se refiere. Ha sido el invierno más cálido que recuerdan los ancianos del lugar y no ha nevado prácticamente nada.

Finales de Febrero y principios de Marzo han sido un poco más generosos y nos hemos lanzado a la nieve todos sus amantes como hienas a la carroña. Incluso esta semana ha estado nevando y por algún extraño e irracional motivo mi colega y yo pensábamos que la nieve se habría transformado por arte de magia y estaría perfecta para nuestros propósitos 

Después de un madrugón de los que hacen época (5 A.M.), hemos desayunado en el coche esperando a que clarease un poco y finalmente hemos cogido camino al Pingarrón y después a las Cabezas.

 
Al acabar la senda del bosque, cuando se llega al arroyo que desciende del Collado de Entrecabezas hicimos una parada técnica y cual fue nuestra sorpresa al encontrarnos con el crack de Herminio.

Nos encontrábamos sobre un manto de unos 50 o 60 cm de nieve costra que de vez en cuando nos ofrecía el aliciente de las meteduras de pata.

Los Pulmones de Cabezas tenían una imagen muy semejante a la decoración de muchas heladerías

 
Así seguimos hasta llegar a la base de las cascadas de hielo de los Pulmones, objetivo de Herminio.
 
En este punto nos separamos dejando a Herminio picando hielo y nosotros nos fuimos a buscar algún corredor que estuviera decente
Al echar la vista atrás vimos a nuestro amigo en medio de la cascada sin más seguridad que la social y la de su experiencia.
 

 
La cuerda que puede verse era propiedad de una cordada que subía un poco más a la derecha.
 
 
 

Poca y blanda la nieve, fuimos buscando los trozos más sustanciosos que paradójicamente resultaban ser aquellos que estaban expuestos al sol.

 
 

Tras recorrer el tubo 72 (Según la guía de Iniciación al Alpinismo Invernal) con muy pocos trozos medianamente interesantes  decidimos bajar para intentar el tubo Oeste (76)

Al encontrarnos con Herminio, que ya había subido y bajado varias veces la cascada, empezó a alentarnos para probar el hielo. De esta forma subimos a colocar un buen seguro a base de un tornillo de hielo y dos piolets desde donde estuvo asegurando el bautismo de Jorge.

Visto que Jorge seguía entero decidimos montar un "top rope" bastante estable y comenzamos el bautismo de un servidor. En la foto no veo que mi cara muestre un entusiasmo y alegría incontenible...
 
 
 
 
Si dijera que me enfrenté al ascenso con fuerza, determinación y seguridad, mentiría enormemente. Pero subí...
 
 
... y lo cierto es que repuesto del trago agridulce me han quedado ganas de volver a experimentarlo.
 
Ahora le tocaba a Jorge volver a probar. Parece que también le gustó.
 
"Parriba" campeón
 
 

 
 
 
Gracias a las instrucciones de nuestro maestro conseguimos un pequeño (o grande) avance en nuestra evolución alpina. De echo vamos a dejar de ser "montañeros del todo a cien" para serlo de "todo a un euro y más".
 
 

No recuerdo muy bien, pero en este momento de concentración tuve una fugaz ocurrencia de soltar la cuerda, a ver que pasaba.

Jorgito IV subió como un campeón aunque me pareció que el hielo que iba dejando abajo se transformaba a un colon un poco marrón.

¡Enhorabuena Gorka!.

Después del bautismo decidimos subir a la cumbre para estirar un poco las piernas. Subimos por el tubo central...

 
 
 
A muy pocos metros de la cumbre decidimos darnos la vuelta debido a que el reloj así lo aconsejaba
Y con estas preciosas luces del atardecer emprendimos camino al aparcamiento donde, al borde de la congelación, hicimos botellón de marca blanca en mi maletero. Eso sí, las cervezas estaban más frías que las de muchos bares.

Gracias Herminio y un abrazo a mi hipotético lector.