Junio
2018 - Premio de consolación: Galana en vez de Maladeta
Los últimos años venimos realizando
una expedición primaveral a Pirineos y este parecía que íbamos a
repetir. Las mentiras sobre recuperación económica de nuestro país
y, sobre todo, las amenazas de tormentas sobre el tercio norte
peninsular, unido a las expectativas de restauración en Hoyos del
Espino fueron decisivos para optar por realizar otra expedición
de alpinismo de élite a Gredos.
Dicen que el alpinismo es un deporte
de riesgo, pero no, lo realmente duro, espectacular y ciertamente
arriesgado es ser transportado por el joven de la imagen inferior...
A pesar de los innumerables peligros
corridos durante el viaje llegamos a Navarredonda de Gredos, donde íbamos a emplazar
nuestro campo base.
Como nota discordante, el lugar que
acostumbramos a utilizar para deleite de nuestro paladar estaba
cerrado. Toda una falta de delicadeza por parte de La Bodeguilla, que
nunca perdonaremos.
29/06/2018 - A las siete y cuarto de la mañana
comenzábamos a caminar por la "maravillosa", "cómoda" y
"suave" pista borbónica que parte de la Plataforma de Gredos.
Llegando a Los Barrerones, no lo
puedo evitar y, como siempre, me emociono al vislumbrar el
espectáculo. Como se puede ver, nieve poca pero suficiente por algún
sitio para hacer más entretenida alguna subida.
La laguna, llena de agua, como pasa
siempre entre cambios lunares.
A
pesar de que mi recio acompañante se empeña en decir que tardamos 2
horas en llegar al refugio "Elola", ahora llamado "Laguna Grande", el track del GPS no suele mentir y fueron 2 horas y media exactas. Quizá los 17 cigarritos que alguien se metió pal cuerpo en el camino tuvieron
algo que ver...
Para este vetusto montañero
llegar al Elola siempre es algo especial pero, en esta ocasión, iba
a serlo más al encontrarme allí a mi querido Álvaro, antiguo guarda
del refugio, quien me ha dispensado siempre un trato encantador y
unas albóndigas de chuparse los dedos.
20
minutos de cálida amistad y unos 26 cigarritos de mis colegas
bastaron para que reemprendiéramos camino al Rellano del Ameal,
donde íbamos a decidir nuestra suerte posterior.
En la
imagen inferior pueden observarse los caballos híbridos del Elola,
con propulsión, mitad yerba, mitad gas butano. Imagino que estos hermosos
animales podrán entrar en Madrid los días de contaminación al
poseer el doble sistema de alimentación.
Bueno, pues tan contentos seguimos
"camino". Jorge, como siempre, arriegando.
Algún nevero se interpuso en el camino
por la Canal de los Geógrafos, haciendo más entretenido el ascenso.
En la siguiente imagen puede verse al
intrépido Jorge IV derrochando fuerza y técnica, como yo le he
enseñado.
Dos horas después del refugio llegamos
al Rellano del Ameal y vemos la reina del Circo, que no es una
trapecista ni una payasa, es la Galana.
En la imagen inferior puede verse un
conjunto de extremos. Por un lado la extrema belleza del Ameal de Pablo
a la izquierda, el Cuchillar de Cerraillos a la derecha, y por
otro lado, en el centro, eso.
Comenzamos a subir al Venteadero y las
vistas hacia atrás son majestuosas apareciendo Risco Moreno a la
izquierda.
Debajo de estas líneas hay una
anomalía, una rareza consistente en una fotografía tomada por mi
compañero
Otro ejemplo de como puede unirse en
una imagen los dos extremos de la belleza.
Tras llegar al Venteadero nos quitamos
los pinchitos con ánimo de dirigimos a la cumbre sur de Galana.
Un bonito canchal que sería la delicia
del doctor Mingot.
Por detrás nuestro aparece Almanzor y
el Cuchillar de Ballesteros.
Con cuidadín destrepamos a la Muesca
de Galana
Desde el collado de la Muesca puede
verse Cinco Lagunas con la Cimera muy limpita mientras que la del
Gutre parece tener todavía algo de nieve cubriéndola.
Un alpinista de élite asciende por la
trepada final de cumbre...
... con una técnica y estilo realmente
espectacular
Cual escalera de caracol, resolvemos la
trepada y nos ponemos en la cumbre donde me emociono y nos abrazamos
virilmente.
Aquí el genio del alpinismo mundial...
Aquí el que lleva la cuerda
La imagen inferior podría considerarse una rareza: mi compañero a
punto de liarse un pitillo...
Después de unos paquetes de tabaco
decidimos bajar y recuperar fuerzas en el Venteadero.
Después de comer sobriamente decidimos
volver a bajar por la Canal de los Geógrafos y al cabo de un rato
aterrizamos en el Elola donde saboreamos una tonificante cervecita
antes de volver a la Plataforma.
Han sido trece horas bastante
completitas y dada la hora, pasamos por Hoyos para realizar una
frugal cena antes de irnos a la ducha y cama.
Aquí veo a mi compañero con cara bastante más feliz que en las
trepadas
Después de ponernos como los de abajo
nos fuimos a intentar dormir.