Paseos de un aprendiz de montañero

Noviembre  2013 - Canal Ezequiel por lado derecho

El texto siguiente no es una descripción de la ruta ni del itinerario.

Esta semana no ha debido nevar prácticamente nada pero ha hecho mucho frío por lo que Jorgito (IV) y servidor nos acercamos a ver la S.E. clásica que no nos convence por la escasez de nieve y el verdor del hielo. Decidimos dar la vuelta hacia la Ezequiel a ver que pasa.

Parece que Jorge iba tapadito. El aire pegaba de lo lindo

En el camino de retroceso conocemos a Jorge (V) y nos encaminamos los tres hacia allí.

Desde aquí nuestro sincero agradecimiento a los amables "penitentes" que abrieron huella hasta el comienzo de la canal y en ella misma.

Nos comentaron que se habían dado la vuelta debido a las pozas en que se metían y a lo poco amigable del viento que había por encima. Hicieron mejor que nosotros.

El lado izquierdo que conozco, no estaba formado por lo que decidimos subir por el derecho que además es el que han usado nuestros benefactores.

Por si las moscas nos atamos y quien esto escribe, conocido por su seguridad, técnica, coraje y confianza, sale por delante.
A mitad de la canal protejo, pero 30 metros de cuerda no dan para mucho con tres personas y hasta que monto reunión arriba pasa un ratito.

En la imagen inferior el crack Jorge (V) saliendo de lo empinado. Calculamos unos 60º-65º

Poco después nos desencordamos y comienza un auténtico suplicio al hundirnos constantemente en la nieve
Poco a poco vamos llegando a la cuerda, donde medimos -15º aunque curiosamente el viento arrecia un poco menos que en la subida.
 
 
 
Vaya pintas tienen los Jorges
Y aquí los tres abominables
 
Decidimos bajar por el camino normal donde se agradece muchísimo por lo pisado y nieve firme.

Descendemos media ladera de la Hermana Menor y paramos a reponer fuerzas y un poquito de bebida isotónica formulada a base de cosechero de la Rioja. En la foto inferior brindando a la salud de Juanito.

Cuando realizamos la parada y fonda había subido bastante la temperatura. De hecho a mi me dieron ganas de ponerme el bañador.
Una vez abajo y como no podía ser de otra forma, acabamos en la Cantina de Cotos desvalijando sus reservas de cerveza y tapitas de tortilla.

Una vez más los de Aemet se han colado y a la salida de la cantina estaba nevando copiosamente por lo que el descenso en coche fue de todo menos divertido. Menos mal que mi Jorge se echó una de sus siestecitas y llegamos sin percances