La verdad es que no sé ni cómo
empezar, nunca me había sido tan difícil hacer un report
objetivo de una
salida. Quizá lo mejor sea empezar por el principio...
Hace bastante tiempo que empecé a
pensar en algo así como la última oportunidad de intentar la
montaña de mi vida, el Cervino. Desde niño, la montaña que
aparecía en las cajas de lápices de colores me llamaba la
atención y la dibujaba repetidamente. Después vino la misma montaña
pero de
la Paramount, en la caja y forma de los chocolates de Toblerone
que traía mi hermana de sus viajes... por algo es la
montaña más fotografiada del mundo. Lo raro es que los suizos no
cobren 50 francos por fotografiarla.
Mi
salud no es precisamente de hierro y mi edad quizá aconseja
dedicarme pronto a los paseítos por el parque, por lo que quizá con
prisa decidí intentar esa ascensión y para ello nada mejor que
ayudado y guiado por un amigo convertido en guía. No voy a dar
su nombre, lo llamaré en adelante El guía.
A mediados de octubre de 2018
comienzo a llamar al guía (sin éxito),
mandarle WhatsApps (sin éxito) y correos a través de su página
Web (sin éxito). El tiempo va pasando y yo comienzo a prepararme
físicamente.
A finales de año consigo hablar con él y le expongo la idea y la
necesidad de que me examine técnica y físicamente para no gastar
tiempo, riesgos y dinero innecesariamente en el Cervino. El tema se va forjando y en el mes de Enero me
voy con otro guía conocido por ambos a realizar esta prueba de
la que salgo con un aprobadillo.
A partir de ese momento redoblo mis esfuerzos y consigo mayor
capacidad física y técnica. Me hago pruebas de esfuerzo. Todo
menos adelgazar más.
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Tanto
el excelente guía con el que hago el "examen" como "el
guía" coinciden en que la vía Hörnli está excesivamente
frecuentada por lo que no es muy aconsejable debido a la
competencia entre escaladores, caída de piedras y otros
factores, recomendándome otra montaña mítica: el Eiger por la
arista Mittellegi. No es lo mismo pero me voy haciendo a la idea
y finalmente acabo entusiasmado con la opción "B".
Vamos
concretando fechas y nos decidimos por la 2ª semana
de julio. Si el tiempo lo permite, iremos al Eiger.
Decenas
de videos de Youtube desfilan por mi pantalla y acabo conociendo la vía
casi como si hubiera pasado realmente por ella,
como pasó anteriormente con el Cervino.
Se
acerca el día, las previsiones del tiempo no son nada buenas y
paso una temporada de máximo stress, pegado literalmente a las
previsiones y Webcams de la zona. El guía me va
preparando para un plan "B", "C"... y entre ellos aparece la
Dent Blanche (4.375 m) que podríamos subir junto al otro guía que me
examinó y su cliente. Craso error.
Sin mayor información sobre la
nueva ascensión, finalmente quedamos a las 8:30 en Ferpeclè. Una
hora más tarde de lo acordado aparecen los dos guías y el otro cliente. Tras la
alegría por el reencuentro y los saludos pertinentes recibo la
orden de marcha.
- ¿Guía, no me
vas a examinar la mochila?
- Ah, bueno, a ver qué llevas
Me va quitando unas cuantas cosas
porque le parece (y a mi) una mochila muy pesada pero me hace
llevar parte del material duro.
- Jaja, jeje y date con un
canto en los dientes que no te hago llevar la cuerda.
El buen humor impera en el equipo
y finalmente comenzamos a caminar aunque nada más empezar nos
llevan por un camino equivocado me lo tomo a broma ¿? |
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El camino pasa entre bosque y
matorral realmente precioso, florido y verde. |
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Al poco me gritan los maestros y
los veo atizando como desposeidos a los teléfonos.
- ¿Qué pasa?
- Nada, que te hemos llevado por
aquí para que veas esta parte y el glaciar de delante. Ahora
volvemos al camino de verdad
- No me lo puedo creer, ¡no
sabéis el camino!. ¡Vaya guías de pacotilla!.
Seguimos con muy buen humor pero
me pregunto si han subido alguna vez al dichoso Diente |
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Vamos cogiendo altura y las vistas
son formidables |
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Menudo glaciar debió haber aquí. |
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Delante mío tengo por primera vez
un glaciar de verdad. Estoy pletórico y alucinando. |
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Ante nosotros aparece un
monstruoso puente de nieve, seguramente resto de un glaciar. |
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Sobre los 2.800 m comienzo a
encontrarme muy cansado y avanzo de cada vez más lento. El equipo inicial se convierte en
un grupo disgregado y los tres jóvenes me van dejando atrás aunque el guía
de vez en cuando me espera. |
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Llegamos al primer nevero donde el
otro guía y su cliente se encuerdan. El guía me
dice que no es necesario y avanza muy por delante mío. De cada
vez me encuentro peor. |
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En esta zona avanzo realmente mal
y comienzo a sentirme mareado |
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En el último nevero antes de la
zona rocosa del refugio me adelanta otra cordada. |
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Los últimos metros de roca hasta
el refugio los hago sin saber muy bien donde estoy y dando
bandazos. |
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Finalmente llego al refugio
(3.507 m) donde encuentro al resto del grupo plácidamente tomando
cerveza. El mareo es impresionante, me tiemblan las manos y se
me han dormido varios dedos. Nunca me había pasado esto, pero nunca
había estado a 3.500 m.
Poco a poco y gracias a una
cerveza y un trozo de tarta se me va pasando y me uno a la alegría del grupo.
El guarda nos
comunica que las previsiones para el día siguiente son bastante
malas, principalmente por las rachas de viento, pero que según
transcurra la mañana se irán suavizando. |
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Durante la cena (realmente
sabrosa, nutritiva y abundante) el guía no deja de
¿bromear? diciéndome que al día siguiente haremos cumbre y, una
vez allí, llamará a los servicios de rescate diciendo que me he
hecho daño en un brazo y que nos bajen plácidamente a Zermatt.
No me hace ninguna gracia.
También en un ambiente cordial les
pregunto si ya habían subido esta montaña y me quedo de piedra
cuando finalmente me dicen que no.
La noche transcurre como todas las
que paso en refugios, es decir, sin pegar ojo en estado de
duermevela. |
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Nos levantamos tarde para dar
tiempo a la mejoría meteorológica. Ha nevado y hace un viento
considerable.
Tras un desayuno muy aceptable
(podrían aprender en muchos refugios españoles) nos ponemos los
trastos y salimos. Mi estado de fuerza no es el óptimo. |
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Las vistas son fascinantes y
el guía me hace ver que a la derecha ha aparecido mi
querido Cervino. Creo que me emociono. |
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Continuamos la ascensión pero me
doy cuenta de que no voy bien. Noto que no estoy coordinando muy
adecuadamente y me parece como que el guía se está
enfadando. |
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A nuestra izquierda aparece el
fenómeno llamado Espectro de Brocken |
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Pasamos de zonas de nieve a roca
y comienzan las trepadas. La verdad es que el guía me lleva muy
bien y me siento muy seguro a pesar de mi poca capacidad. |
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Nos alcanza otra cordada durante
un cambio de crampones |
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Ya se va viendo la cima a pesar de
que queda mucho. |
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A punto de llegar a la cota 4.000,
el guía continúa con un cambio de humor que me
empieza a doler. Entiendo que no estoy rindiendo lo deseable
pero hay formas y formas.
- ¿Qué te pasa?
- A mi nada, que este es mi
trabajo y estoy serio porque nuestra vida depende de ello y no
llevas bien la capucha, las mangas sueltas...
- Guía, entre estar
serio y borde hay una línea muy ancha pero estás al otro lado.
Me lo pienso dos veces y dado mi
estado y el de quien me lleva, sumado a las pocas ganas de
volver en helicóptero por mucho que mole y mis escasas
expectativas de cumbre, le digo...
- ¿Sabes qué te digo? pues que nos
damos la vuelta. Abandono.
-¿Te quieres dar la vuelta?
- Sí.
- ¿Por qué?
- Porque voy mal y no hay buen
rollo
- Te advierto que te voy a cobrar
igual
- Ya lo sé, ya lo sé. Has estado
preocupado desde el primer momento por cobrar y te he pedido en
numerosas ocasiones que me digas importe y cuenta sin que me
hayas respondido. Vamos para abajo. Ya he hecho más de lo que
nunca había soñado.
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Nos damos la vuelta sin pesar por
mi parte. |
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Lo que había sido una trepada sin
mayor complicación se convierte en destrepada algo más compleja
pero con el buen hacer del guía desciendo sin ningún problema. Le ha cambiado el humor y está muy
amable. |
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Rápidamente llegamos al refugio
donde cogemos el resto de material que habíamos dejado y
continuamos el descenso. |
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Atrás queda un refugio realmente
guapo y acogedor, con dos guardas encantadores... snif... |
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Poco a poco vamos, bueno voy bajando hacia la
civilización porque El guía se adelanta
mucho y le pierdo de vista aunque de vez en cuando me espera |
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No se si esto es normal pero hay
momentos en que no sé por donde debo marchar. Llego incluso a
llamarle por teléfono pero lo tiene apagado. Desde luego, no es
de sentido común. |
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De nuevo el puente de nieve |
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Finalmente llego al bosque. De ahí
a los coches y a tomarnos una cerveza. |
Tras la frustrada ascensión me
alojé en un hotel extremadamente viejuno y poco cómodo en
Les Haudères. Me recordaba a uno en el que compartí habitación
con Jorgito IV en Sallent.
Mientras me lamía las heridas de
los sentimientos encontrados de la ascensión me vino una genial
idea: al día siguiente iría a Zermatt a ver el Cervino aunque
fuese de lejos, pero esa es otra historia mucho más corta y
placentera... |
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Funciones de un guía de montaña:
Este profesional es el responsable
tanto de escoger la ruta a seguir y la actividad más adecuada al
nivel físico y técnico del cliente como de asesorar sobre el
equipo y el material necesarios para que la «aventura» no se
convierta en una pesadilla.
Además de organizar la ruta y las actividades, de reservar los
refugios y de preparar el material y el equipo, el guía de
montaña se encarga de enseñar cómo se realizan de la forma más
segura las propuestas: desde una escalada en roca o hielo hasta
alpinismo o esquí de montaña. Este profesional también debe
conocer muy bien el terreno e informar sobre las características
de la zona, como la flora y la fauna. |