Paseos de dos aprendices de montañero

Julio de 2016 - Casi Integral del Circo de Gredos

 

Hola de nuevo, resignado lector.

La Integral del Circo de Gredos nos parecía un proyecto muy interesante y, para este caduco montañero del "todo a cien", inalcanzable. Aún así lo planeamos en pocos días al transcurrir por terreno conocido y el viernes por la tarde nos plantamos en Hoyos del Espino donde pasamos la noche y satisficimos el verdadero fin de este viaje que no era otro más que cenar en La Bodeguilla.

Jorge, como siempre, estaba en plena forma y quien esto escribe, tras perder una decena de kilos se encuentra en el menos malo de sus estados físicos.

Nos levantamos a las cinco (de la mañana) y a las seis comenzábamos con la tediosa pista que Su Majestad D. Alfonso XII mandó construir para futuro martirio de montañeros y, de paso, facilitar sus nobles aficiones cazadoras.

 

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Track del recorrido sobre mapa del IGN incluyendo el montón de errores (y horrores) con que estos señores nos regalan. (Pulsa para ampliarlo)

 

Track del recorrido

Quizá lo único bueno de pegarse un madrugón tan descarnado son los momentos del amanecer
La verdad es que son unos instantes especiales.
Bueno, pues dejándonos de cursiladas, estos intrépidos alpinistas continúan hasta el Alto de los Barrerones donde aparecen impresionantes la mayoría de las cumbres del Circo. La verdad es que cada vez que paso por aquí me emociono.
El precioso Cabeza Nevada o Mogote del Cervunal o CA2 magnificado por las sombras dal amanecer y un extenso piornal que adorna su loma. Debe ser un auténtico martirio solamente el intentar su ascensión sin nieve.
Un poco más a su izquierda (sur) aparece el "jefe" del Circo, el Almanzor, y el Cuchillar de Ballesteros, donde tal vez tengamos que pasar más adelante
Por delante tenemos nuestra primera meta, el Morezón y al fondo el Cuchillar de las Navajas, Portilla Bermeja y "el jefe"
Al este se recorta la preciosa silueta de la Cuerda de los Amealitos presidida por La Mira.
A nuestra izquierda y por debajo aparecen los Prados de las Pozas.
Por delante tenemos el, temible para un servidor, Cuchillar de Cerraillos presidido por el Peñón del Casquerazo y el Cuchillar de las Navajas con el Sagrao en su extremo occidental.
Aquí lo mismo pero con Morezón.
A nuestra derecha el magnífico Cuchillar del Cerro de los Huertos con el majestuoso Ameal de Pablo a la derecha y Galana que sobresale por detrás aunque en la imagen parece que pertenezca al mismo conjunto.
Llegamos sin esfuerzo (no por falta de dificultad sino por la extrema fuerza y arrojo de estos montañeros) a Morezón, abriéndose ante nosotros el cuchillar en todo su explendor.
Selfie (antiguamente autoretrato) de estos intrépidos montañeros. El joven, bien parecido y bien rasurado soy yo.
Comenzamos con el delicado destrepe de Morezón
 
 
A nuestra izquierda damos vista a la Garganta Blanca que desciende casi 2.000 m hasta Candeleda
El alpinista de renombre sigue torpemente mis pasos
Mirando hacia atrás vemos la parte más bella de Morezón y el florido piornal que nos ha perfumado la travesía.
Nos encontramos el primer nevero del día y sin pensarlo dos veces lo atravesamos. En la imagen, yo espero con malicia que Jorge se hunda en el puente de nieve con la simple esperanza de humillarle. No me da el gusto.
Poco a poco llegamos hasta el segundo Hermanito donde tenemos que descender por la famosa placa.
Bajamos las mochilas con auxilio de la cuerda, que para eso la hemos traído y observo los valientes movimientos de mi compañero.

Alguno se cachondeará pero si te resbalas en la placa te puedes hacer bastante pupa y acabar como mínimo en alguna unidad de quemados

A las doce de la mañana del dos de julio de 2016 hollamos la cumbre del Peñón del Casquerazo. Llevamos seis horas desde que comenzamos. Empiezo a pensar que vamos un poco mal de tiempo.

Sin embargo, mi comportamiento derrocha optimismo y vigor.
Bajamos a la Portilla de los machos (el nombre no se refiere especialmente a nosotros). En primera línea el Perro que Fuma.
Comenzamos el Cuchillar de las Navajas y comienza también un agudo dolor en la rodilla derecha producido, al parecer, por los extensores. Desde aquí mi más profundo agradecimiento a los numerosos galenos que jamás me han solucionado este doloroso problema.
 
Después de transitar por el sur del Cuchillar atravesamos el ventanuco que conduce a la vertiente norte.
 

A la altura del Sagrao llegamos al paso del "yuyu" donde, a pesar de no tener dificultad, hay que extremar las precauciones. Un pequeño tropezón puede ser excelente para las empresas funerarias.

De cualquier forma mi semblante derrocha optimismo.

 

A las 14:00 llegamos a la Portilla Bermeja donde hacemos un pequeño descanso. Empezamos a tener problemas con la bebida y no por lo habitual sino por la falta de líquido. Aunque no lo decimos, se nos pasa a los dos por la cabeza bajar a la Fuente de la Bermeja pero eso sería perder un buen rato y seguimos con la esperanza de abastecernos de los neveros del Cuchillar de Ballesteros. El problema es que falta un buen rato.

El Cuerno del Almanzor (sin querer ofender)

La Portilla del Crampón todavía tiene un pequeño nevero.

Rodeamos el Risco de la Portilla del Crampón, encontrando sin dificultad uno de los dos pasos y encontrándonos con bastantes deambulantes por la zona, algunos bastante despistados.

A las 15:15 hacemos cima en Almanzor tras subir por la chimenea. Discutimos sobre la posibilidad de que seamos los segundos en lograr tan notable cumbre, tras la primera ascensión en 1899 por Amezúa e Ibrián pero es posible antes haya subido alguien más.

Como el horno no está muy para bollos ni mi pierna para virguerías y Jorge está deseando usar la cuerda hacemos que dos rápeles nos dejen más cómodamente en la base de la cumbre.

De esta guisa, nos acercamos a nuestra portilla también llamada Portilla de los Cobardes...

... Dando comienzo el Cuchillar de Ballesteros donde esperamos poder coger agua.

Por si las moscas nos calzamos los pinchos y atravesamos el primer nevero.
 
Al pié de uno de ellos Jorge descubre un pequeño reguero de agua y decidimos comer algo. Hasta ahora solo nos hemos sustentado de barritas, geles y porquerías similares. Son las cuatro de la tarde, llevamos diez horas de pateo. Empezamos a desestimar la ascensión a Galana.

Por si las moscas o la leptospira potabilizamos el agua

Finalmente, a las 17:30 llegamos a la  Portilla del Venteadero. El precioso Ameal nos saluda y rápidamente decidimos que no podemos perder algo más de una hora en subir Galana por lo que comenzamos a bajar al Rellano del Ameal.
Continuamos en búsqueda de la Canal de los Geógrafos con el único aliciente de las carísima cerveza del Elola.
Por delante y a golpe de zoom tenemos los precioso hermanitos por donde hemos transitado horas antes.
Echamos una mirada atrás y vemos El Venteadero y la fabulosa Galana, muy triste porque no la hayamos hecho caso. Otro año será.
¿Verdad que se la ve triste?
 

 

Continuamos la bajada y vemos el sol ocultarse entre Risco Moreno y Punta Esperanza. Se agradece dejar de sentir su calor en el cogote.

A las 19:20 llegamos al Elola, donde parece que han instalado un jardín de infancia o algo parecido.

Descansamos media hora hidratándonos con una sabia mezcla de cebada, levadura, lúpulo y alguna cosa más antes de enfrentarnos a la temida subida a los Barrerones donde saco fuerzas de algún lugar que desconocía y realizo una vertiginosa subida.

A las diez llegamos a la Plataforma. Han sido 16 horas con muy pocos descansos pero a pesar de no haber realizado la Integral completa estamos muy contentos. Cuando lo cuente en el geriátrico no se lo van a creer.

 

En Hoyos paramos a recoger unas cosas que habíamos dejado en el hotel y a cenar algo. La encargada del establecimiento está algo alarmada porque no apareciésemos hasta tan tarde, y le explicamos que hemos andado 16 horas. Un montañero de un grupo de bilbaínos que están también cenando escucha la conversación y luego nos pregunta qué montaña esa que hace falta semejante pateo. No hemos completado la Integral del Circo de Gredos, pero hemos atraído la atención de un bilbaíno, ahí es nada. 

 
Un abrazo a mi hipotético lector